LA LEYENDA DE LA CASA DE LADRILLO
Tal y como ocurrió en épocas pasadas, es precisamente aquí, la Casa
de la Cultura La Sauteña en Rio Bravo, donde existieron pasadizos
secretos mismos que conectaban con un túnel subterráneo que daba con las
márgenes del Rio Bravo, cuenta la leyenda que los hacendados cargaban
sus pertenencias para ingresar de manera ilegal al vecino país.
Las autoridades al percatarse de esto, decidieron un día cerrar el túnel, sin percatarse ese día de la existencia de personas en su interior.
También llamada la Casa de Ladrillo, construida a principios de 1890, la Sauteña fue utilizada como penitenciaria y hospital civil por lo que guarda muchas historias de drama en su interior.
Conocido cronista y compañero de los medios de comunicación Rubén García “El Cupi” refiere “Hay muchas versiones del túnel, hay testimonios vivientes como de ex alcaldes que dicen si existe un túnel y que salía al mirador, otros dicen que no hay, la realidad es que hay muchas fantasías aquí en este túnel”.
Al caer la noche, raramente se quedan encendidos únicamente los candelabros del tercer piso, pues del segundo y el sótano se dicen muchas cosas extrañas como ruidos, pasos, y el arrastre de cadenas, asegura el cronista riobravense.
Pero quien mejor para revivir la leyenda de la casa de ladrillo, al tener solo seis años de edad y recordar los murmullos que provenían del túnel, Manuel Salinas de la Garza de edad avanzada quien a los seis años corría todas las escaleras de abajo hacia arriba, “éramos chamacos, había una puerta chiquita de rejas que dijo mi papá: No vayan a entrar al oír un chillido muy fuerte abajo”.
“Hay uno si hay túnel, pasa por aquí, Mi mamá platicaba que había un señor arriba de un caballo”.
Hace más de un siglo de lo sucedido y la sabiduría popular aun conserva la leyenda, pues aseguran que el eco de las voces atrapadas en este túnel ha atravesado la barrera del tiempo y continúan hasta nuestros días.
Las autoridades al percatarse de esto, decidieron un día cerrar el túnel, sin percatarse ese día de la existencia de personas en su interior.
También llamada la Casa de Ladrillo, construida a principios de 1890, la Sauteña fue utilizada como penitenciaria y hospital civil por lo que guarda muchas historias de drama en su interior.
Conocido cronista y compañero de los medios de comunicación Rubén García “El Cupi” refiere “Hay muchas versiones del túnel, hay testimonios vivientes como de ex alcaldes que dicen si existe un túnel y que salía al mirador, otros dicen que no hay, la realidad es que hay muchas fantasías aquí en este túnel”.
Al caer la noche, raramente se quedan encendidos únicamente los candelabros del tercer piso, pues del segundo y el sótano se dicen muchas cosas extrañas como ruidos, pasos, y el arrastre de cadenas, asegura el cronista riobravense.
Pero quien mejor para revivir la leyenda de la casa de ladrillo, al tener solo seis años de edad y recordar los murmullos que provenían del túnel, Manuel Salinas de la Garza de edad avanzada quien a los seis años corría todas las escaleras de abajo hacia arriba, “éramos chamacos, había una puerta chiquita de rejas que dijo mi papá: No vayan a entrar al oír un chillido muy fuerte abajo”.
“Hay uno si hay túnel, pasa por aquí, Mi mamá platicaba que había un señor arriba de un caballo”.
Hace más de un siglo de lo sucedido y la sabiduría popular aun conserva la leyenda, pues aseguran que el eco de las voces atrapadas en este túnel ha atravesado la barrera del tiempo y continúan hasta nuestros días.
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